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Viajar a otra ciudad no es solo la libertad de trabajar, sino también el derecho a la libertad en las tareas domésticas y el cuidado de la esposa. En otra ciudad, no tienes que preocuparte por el hombre que atrapasueños o por otra chica orinando con mi esposa. En el hotel en un viaje de negocios todavía es posible tener un colega, si una mujer hermosa, no recuerdo divertirse. Esta vez, el niño está a punto de negociar con un colega y se recuperó por completo anoche. El personal ha estado celebrando atracciones de belleza madres japonesas cojiendo con hijos durante mucho tiempo, pero solo en una ciudad pequeña puede ser difícil ocultarlas de los curiosos. Viajar puede ser una oportunidad para crear una fantasía sexual que persiga a una persona en el trabajo todos los días. En la magnífica sala se puede respirar aire fresco, relajarse al máximo, disfrutar de todas las delicias europeas.
